lunes, 18 de enero de 2010

-Thinking-

Avatar

El positivismo es la falsa creencia de que la ciencia puede solucionarlo todo, de que no hay obstáculos para su ingenio, es pues la síntesis de nuestra época. Esa marcada por las esperanzas -ciegas- en una época mejor, a la que nos acercábamos guiados por la diosa ciencia/todopoderosa.

Hoy no hay nada más desprestigiado que el positivismo y aun así todavía caminan ingenuos que piensan que el progreso sólo depende de los avances tecnologicos y de todo el sistema que hemos construido. Esos necios se empeñan en ignorar todos los daños que su avaricia y su torpeza han originado. No les importa todo lo que se destruya y todo el caos que originen. -No hay nada que detenga el progreso, somos invencibles- vociferan con los brazos extendidos y a su lado todo se derrumba, su necio imperio sucumbe y ellos no lo notan, son tan idiotas.

Los que se opongan a la ciencia, van en contra de la humanidad y de su persistencia en la tierra, no pueden cuestionarnos pues todo de lo que gozan hoy es gracias a nuestro ingenio, a nuestra capacidad creadora. Ese puede ser el himno que gritan los positivistas cada que alguien se atreve a cuestionarlos. Desde su nacimiento el positivismo se ha encontrado con detractores, lo fue -y seguirá siendolo, pues es su responsabilidad- la filosofía cuando cuestionó que la Ciencia revolviera todos los problemas del hombre -le da comodidades pero no resuelve sus problemas existenciales-, la literatura cuando Kafka y Orwell pintaban a un hombre asfixiado por todo lo que ha construido.

Hoy las nuevas generaciones ya no creen tan facilmente en el mito de la ciencia/todopoderosa, les ha tocado un mundo inclemente, enojado, agresivo. Para ellos cambio climático, calentamiento global, catástrofe natural ya son palabras adecuadas a su vocabulario común. Ellos saben que el daño que hemos hecho a la naturaleza es irreversible y que tendremos que pagar las consecuencias. Ahora podemos contestarle a los positivistas que todo eso que nos regaló su ingenio tiene un costo, quizás no lo paguemos nosotros pero sin duda lo pagará la humanidad y el costo no será bajo.

Avatar retrata muy bien este gran embrollo. Una historia que puede llamarse anti positivista, cuando uno termina de verla no se puede más que pensar en lo efímero y falso que es todo lo que "hemos construido", somos tan torpes, tan incapaces de darnos cuenta que vivimos en un entorno lleno de vida y sabiduría que no está creado para servirnos, no es materia prima, sino entorno... parte de nosotros.

En la parte final de Avatar, cuando los na´vi están siendo derrotados por los humanos, Jake acude al árbol de la vida y pide la ayuda de Eywa (la naturaleza) para vencer en la batalla. En el momento en que todo parece perdido Eywa toma partido y derrota la tecnología armamentista de los humanos. Hoy esa escena no parece nada descabellada, parece que la naturaleza y la ciencia se han declarado la guerra, la ciencia ataca con destrucción, contaminación, deforestación, basura, saqueo de recursos naturales, pero la naturaleza ha comenzado su ataque, con enfermedades agresivas, virus desconocidos, cambios climáticos y fenómenos naturales inclementes y mortales. En Avatar al final Eywa (naturaleza) destruye al ejercito humano (ciencia) no hay porque creer que en nuestra historia el final sea diferente.

Atl Mendarte