miércoles, 29 de julio de 2009

Mi Diario de Ideas¡¡¡

29 de Julio.

Semanas muy intensas, con muchas cosas que hacer. Cada día más cerca de saber el resultado de la beca FLM, viviendo una etapa nueva en mi vida, leyendo mucho y escribiendo diferente...

Hoy terminó mi taller, fue muy intenso, los veinte que lo tomamos somos novatos, sólo uno ha publicado.

La pregunta en la que estuvo basada el taller fue: ¿Por qué escribes? es una pregunta que yo ya me había hecho sobre todo después de leer a Proust y a Blanchot que se detienen mucho en esa reflexión, a través de los tres días del taller, los que asistimos fuimos reflexionando sobre esa cuestión, al final tendremos que escribir un cuento que hable sobre el por que escribimos y enviarlo a uno de los dos concursos que elijamos: el Juan Rulfo que organiza la RAI o el Unamuno que organiza una municipalidad española. Yo lo enviaré al Rulfo, siendo así mi segundasegunda participación. Alguna vez lo voy a ganar. Mi cuento se llama Reflexiones que siguen a la lectura enajenada de algunas obras de Artaud.

Es un cuento raro, en donde tomo muchos riesgos estéticos y experimento un poco, dejo una parte del cuento...
“Se escapa, siempre se escapa… te deja todo el tiempo buscándola. Huye de ti y cuando crees tenerla se arrebata, te vuelca. Te deja tirado, como victima de un vértigo que derrumba y confunde. Te lleva a sus dominios y te da la mano, es una sirena. La sigues y cuando te sumerge en la oscuridad de un bosque que no es de este mundo te suelta, y te deja en el centro oscuro de lo desconocido, sin una brújula que te conduzca caminas hacía todos lados, hacía todas direcciones, no hay un horizonte, ningún destino, es sólo un camino a ciegas, plano, infinito... “Todo” es “nada”, un suspiro que no existe excepto cuando tú lo nombras. Y luego lo olvidas. Lo dejas que se consuma en la ausencia del silencio. Lo invocas una y otra vez hasta que cobra un sentido que ya no es lo que era. Eco eterno de un canto que alguna vez existió y que ahora es sólo eso, un eco que resuena confundido en la espesura de un paisaje que a ti te resulta innombrable. Oasis que se desvanece y deja sólo un desierto profundo del que no puedes huir, en el que sólo te sumerges para darte cuenta que no tiene final y que jamás tuvo principio, ni sentido y tú no sabes…

(Y hasta ahí…)
(Ya no puedo escribir más…)
Las ideas que vienen ya no pertenecen al mismo pensamiento, ni a la misma narración… son otra cosa… otro sentimiento… no estoy seguro de que sean míos. No sé si sean de este mundo o pertenecen a otro que a mi me resulta inalcanzable… nublado. ¿Cómo logro unir lo que está separado?

¿Cómo hago para anochecer todas las voces?

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