Todavía no sé exactamente lo que es el amor. Aun hay cosas que no me quedan claras, pero sí sé lo que para mi definitivamente no es amor. Y todas esas cosas que no lo son se juntan en un sólo día: el 14 de febrero.
Hay una palabra que encaja muy bien para definir ese día de globos rojos, chocolates en forma de corazón, tarjetas con el mismo pensamiento de siempre que más que inspirar amor inspiran risa, la palabra es: cursí. Y es que eso es el amor en nuestros días en eso ha acabado: en palabras empalagosas que si sea escuchan bien dan miedo: "eres mi otra mitad", "sin ti no soy nada", "eres mi razón de ser" o la que más me asusta: "te necesito".
Y así es hemos convertido al amor en una necesidad. Ya no amamos porque queremos. "Amamos" porque necesitamos. Necesitamos pensar que tenemos sentido para otros, necesitamos no estar solos y necesitamos que los otros vean que alguien aprecia todo lo que no estamos seguros que somos: La devaluación del amor.
Ese sentimiento o serie de sentimientos que debería ser fuerte, inspirador, poderoso, fresco, revitalizante se ha convertido en un montón de frases aburridas que ya todos hemos escuchado y que decimos ya sin la escencia de su significado. Ya no nos mueven cuando las escuchamos. El problema no es el amor, el problema es la devaluación que el amor tiene. Los humanos somos superiores porque tenemos la razón. Y justamente en el amor estamos orgullosos de eliminarla, se dice que el verdadero amor no se piensa. Oseá es pura pulsión. Puro instinto. Es animal.
Por eso este 14 valdría la pena pensar que es para nosotros el amor. Sólo como un pretexto. Quizás si lo pensamos lleguemos a la conclusión de que el amor necesita reformarse. Necesita convertirse en ese sentimiento intenso que solía mover montañas.
Atl Mendarte.
Hay una palabra que encaja muy bien para definir ese día de globos rojos, chocolates en forma de corazón, tarjetas con el mismo pensamiento de siempre que más que inspirar amor inspiran risa, la palabra es: cursí. Y es que eso es el amor en nuestros días en eso ha acabado: en palabras empalagosas que si sea escuchan bien dan miedo: "eres mi otra mitad", "sin ti no soy nada", "eres mi razón de ser" o la que más me asusta: "te necesito".
Y así es hemos convertido al amor en una necesidad. Ya no amamos porque queremos. "Amamos" porque necesitamos. Necesitamos pensar que tenemos sentido para otros, necesitamos no estar solos y necesitamos que los otros vean que alguien aprecia todo lo que no estamos seguros que somos: La devaluación del amor.
Ese sentimiento o serie de sentimientos que debería ser fuerte, inspirador, poderoso, fresco, revitalizante se ha convertido en un montón de frases aburridas que ya todos hemos escuchado y que decimos ya sin la escencia de su significado. Ya no nos mueven cuando las escuchamos. El problema no es el amor, el problema es la devaluación que el amor tiene. Los humanos somos superiores porque tenemos la razón. Y justamente en el amor estamos orgullosos de eliminarla, se dice que el verdadero amor no se piensa. Oseá es pura pulsión. Puro instinto. Es animal.
Por eso este 14 valdría la pena pensar que es para nosotros el amor. Sólo como un pretexto. Quizás si lo pensamos lleguemos a la conclusión de que el amor necesita reformarse. Necesita convertirse en ese sentimiento intenso que solía mover montañas.
Que es un fiel creyente del amor.
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