jueves, 30 de abril de 2009

Diario de Ideas¡¡¡

30 Abril.

Entre ayer y hoy leí seis cuentos. Borgues: La biblioteca de Babel, Woolf: La mancha en la pared, Joyce: Arabia, Rulfo: El hombre, Cortázar: La salud de los enfermos y Mupassant: El collar. Son parte de una antología universal de relatos cortos. El que más me ha gustado es la mancha en la pared de Virginia Woolf, una mancha en la pared es el pretexto para que Virginia divague sobre el conocimiento, la apreciación y la imagen que tenemos de nosotros mismos:

Todo el tiempo no hago más que evocar mi figura en mi mente, amorosamente, furtivamente, sin adorarla a las claras, ya que, si lo hiciera, me reprimiría, e inmediatamente alargaría la mano en busca de un libro para protegerme a mí misma. De hecho, es curioso ver cuan instintivamente una protege de la idolatría a la propia imagen, así como de cualquier otro tratamiento que pudiera ponerla en ridículo, o que la alejara tanto del original que no se pudiera creer en ella. ¿O quizá no sea tan curioso, a fin de cuentas? Desde luego, es asunto de gran importancia. Cuando el espejo se rompe, la imagen desaparece, y la romántica figura, rodeada de un bosque de verdes profundidades, deja de existir, y sólo queda la cáscara de aquella persona que es lo que los demás ven, ¡y cuan sofocante, superficial, pelado y abrupto se vuelve el mundo! Un mundo en el que no se puede vivir.

Quiero leer más sobre Virginia Woolf, me ha dejado con la sensación de que necesito leerla. El segundo cuento que más me gustó fue el de J. Joyce, Arabia. Ese es el nombre de una feria a la que un adolescente quiere asistir. No sabe porque quiere ir, sin embargo va. Joyce es un narrador de emociones.

Después me gustó el de Cortázar. Leí un poco sobre él y su legado literario fue muy breve no sé porqué dejaría de escribir. Cuándo lo leí vi su clara influencia en el estilo de muchos escritores mexicanos incluido, Fuentes.

A Borgues aun no lo entiendo del todo. Voy a leer el Aleph, tengo un presentimiento de que no me gustará es demasiado cosmogonico.

El de Maupassant es como un cuento que me contaría mi Tia Paz o mi abuelita. Es como de esos cuentos que pretenden enseñarte algo, en este caso que a veces decir las cosas tal cual son es menos complicado, estoy de acuerdo y creo que es una gran lección pero creo que la literatura no tiene que tener como objetivo dar lecciones.


Si quieres leer el cuento de Virginia: La mancha en la pared.
Joyce: Arabia
Rulfo: El hombre
Cortázar: La salud de los enfermos
Borgues: La biblioteca de Babel
Maupassant: El collar.

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